lunes, 8 de febrero de 2016

Sólo te adelantaste Eduardo Remedi


 

13 comentarios:

  1. Estimado doctor: aunque no lo conocí en persona, sí recorrí sus ideas a través de varios de sus textos. Que tenga un buen viaje a donde quiera que vaya.

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  2. "Maestro Eduardo Remedí y Maestro Alfredo Furlán" Con mucha claridad recuerdo los textos en donde ambos maestros analizan asuntos propios del currículo educativo. Aunque esos textos eran muy breves, disfrutaba mucho su consulta para re-pensar la organización de los contenidos por aprender. Sé que el maestro Remedí tienen una producción interesante en otros campos de investigación, pero yo destacaría estas colaboraciones con el maestro Furlán, ya que representaron un auténtico hito en México. Espero que muchos jóvenes profesionales sigan encontrándose con estos documentos, y así el maestro Remedí siga siendo una referencia autorizada en temas de instrucción. Gracias.

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  3. Tuve la suerte de conocer al Dr. Eduardo Remedi en 2008. Cuando llegue por primera vez al DIE, me senté en los jardines a esperar el encuentro inicial con mi Directora de Tesis, allí me percate que un tipo delgado caminaba incesantemente a lado de algún discípulo, fumaba y reprendía con rudeza y palabras altisonantes los errores del trabajo. Al pasar con Sylvie Didou, hablamos de lo que sería mi trabajo de tesis y de quienes serían mis lectores, entre ellos figuraba el entrañable Eduardo. En los subsecuentes seminarios recibí de su parte comentarios sesudos, albures, duras críticas, pero sobre todo consejos de un gran académico que siempre valoraré.

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  4. Pinche cabron Eduardo, flaco querido, tu alumno amigo, compatriota te abraza desde Argentina, tierra de idas y vueltas, hoy de ida, pero tú de vuelta , para que tus enseñanzas nos sirva para pensar este presente doloroso y más doloroso por tu partida
    Santiago lucero, el negro

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  5. Recordaré siempre su generosidad por habernos dejado tan grande e importante legado. En particular, por haberme leído tan paciente y diligentemente, por haberme regalado sus sugerencias y su comprensión intelectual para enriquecer mi tesis doctoral. Entendió mis limitaciones y apuntaló mis fortalezas. Siempre será parte de mi trabajo, de mis reflexiones, de mí. Gracias, Maestro. Seguiremos conversando.

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  6. Muchas veces conocemos a los grandes pensadores e investigadores desde lo importante e impoluto de sus escritos. Sin duda, al Dr. Eduardo Remedi le conocí a través de trabajos como "De la pasión a la formación: Investigación científica y desarrollo en México", " Desorden, sentidos, signos de la gestión: Voces de los sujetos" que fueron y serán grandes trabajos en los cuales podemos sustentarnos quiénes somos nóveles en la investigación educativa. Aunque lamento no haberlo conocido en persona, me enorgullece conocer de su trabajo. Una gran pérdida para todos. Un abrazo fraterno y mis más sentidas condolencias a familiares, amigos y adeptos al Dr. Remedi.

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  7. No tengo palabras. Gracias Remedi.

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  8. Conviví con Eduardo desde 1994 impulsó mi trabajo intelectual como tutor de tesis de maestría y hasta mi estancia posdoctoral con él hace más de 5 años. Lo vi reponerse del cáncer y hacer bromas de su propia circunstancia (quería sus cenizas en el interior del Popo para recordarlo en cada fumarola), nunca quizo la conmiseración, trabajó como siempre a su gran ritmo en ese terrible año de la quimioterapia. Como señalan casi todos tuvo generosidad en compartir sus procesos intelectuales y sus avatares familiares, sus propios procesos psíquicos, su genio y su otro genio también. Haciendo paráfrasis de uno de sus grandes textos, quienes lo conocimos y aprendimos de él sabemos cual es "El lugar de Eduardo Remedi Allione en la investigación educativa". Mi pésame sincero a quienes estuvieron con él hasta el final.

    Nicolás Juárez

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  9. Dr Remedi, vive en cada uno de los estudiantes que formó. Así que estará presente de generación en generación. Descanse en Paz!

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  10. Lo conocí por suerte en la Universidad Pedagógica Nacional. Le pagaban para que nos enseñara a hacer diseño curricular. Me dieron las peores referencias de él. Me dijeron que era misógino, y que si por alguna razón se me salía decir una estupidez, la pagaría muy cara, con todo la fuerza de su voz.

    El día de nuestra primera reunión, sentí pánico de conocer a ese extranjero. Pero en cuanto me vio, se portó muy amable y su primera pregunta fue: ¿qué tipo de cáncer estas librando? , los estragos de mi tratamiento eran muy obvios. Tal vez le inspiré piedad, pero para mi siempre tuvo una respuesta y para nuestro grupo, siempre tuvo una anécdota de su niñez, de su país, de sus viajes. Siempre interesante, siempre amable, siempre Remedi.

    Si lo escuché gritar, no lo niego, pero una vez que decía lo que quería, sonreía como diciendo: “hey, no fue tan malo ¿verdad?

    Aprendí diseño curricular gracias a él, y sobre todo aprendí que la educación es un asunto de pasión, de entrega, de pensar con el corazón.

    Lamento mucho que se haya marchado tan pronto, seguro irá a poner las cosas en orden a donde quiera que se haya marchado…

    Deseo pronta resignación para su familia.

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  11. Saludo con respeto a su familia y con la esperanza de que ya está en la paz verdadera donde la plena conciencia de vida seguramente se epxerimenta, el doctor Remedi fue uno de los primeros intelectuales que decidió colaborar con las Normales del país en su profesionalización y en el ingreso a la investigación educativa; como anécdota, en una ocasión al estar dictando una conferencia a finales de los 80´s en el auditorio Genaro Codina de la Benemérita Escuela Normal "Manuel Avila Camacho" detuvo su disertación para por momentos, escuchar a los palomos, que indiscretos se colaban por los respiraderos del foro del lugar, sonrió y le pidió al público que escuchara el sonido de las aves. Quizás para muchos esto no sea representativo, pero para quienes estábamos cerca, sabiéndolo un investigador experimentado, pensamos que eso le incomodaría, ahí muchos aprendimos que la sencillez es el mejor ropaje de los grandes, descanse en paz doctor, y a su familia un sincero saludo. Esta Normal a la que aludo está en la ciudad de Zacatecas.

    Profra. Beatriz Hernández Sánchez
    Docente de la BENMAC

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  12. Durante mi estancia de dos años en el DIE, entre 2002 y 2004 que fui a hacer la maestría, tuve la gran fortuna de conocer a Eduardo, tenerlo como Maestro y también como mi sinodal de tesis. Qué decir de todo lo aprendido con él. Qué decir de las largas conversadas que compartimos con café y tabaco en las mesitas que en ese tiempo había puestas en las afueras del edificio. Qué decir de su solidaridad a flor de piel. De su humor. De su convocatoria a seguir trabajando duro y con la convicción puesta en que todo se podía siempre hacer aún mejor. Desde Costa Rica, puedo decir que Eduardo ha partido, pero que aquí permanecerá por siempre. Gracias, querido Maestro y Amigo.

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  13. Y como no recordarte, Flaco!
    Sabes Eduardo, si, lo sabes porque algún día te lo dije, uno de esos días medio grises por las nubes y el smog, en un encuentro inesperado frente a la vieja Ghandi de Miguel Angel de Quevedo, casi con el tiempo encima para llegar a las sesiones de los martes a las 19:00. Te lo dije porque para entonces ya medio había vencido aquel temor de la impresión de tenerte como compañero, no, aún no sabía quién era Remedi, solo sabía que había que tener cuidado cuando interpelabas al maestro, no sentía que hablabas sentía que peleabas, retabas. Ni aun cuando provenía de una universidad en la que el dialogo abierto era algo cotidiano y el acento de tu voz no me era extraño en ese contexto lleno de chilenos, uruguayos y tus paisanos argentinos, a los que ya había oído hablar y expresarse modulando de formas diferentes la voz. Pero nadie como tú, nadie con la pasión en la voz, en los ojos, en las expresiones y en la piel. Nadie como tú para defender sus ideas, nadie como tú para introducir puntos de vista notoriamente diferentes a la convencionalidad de una sesión sobre epistemología y psicoanálisis, sobre psicopatología o historia de las ciencias. Comenzaste siendo mi compañero de maestría y terminaste siendo mi hermano, el hermano mayor que nunca tuve como te dije camino al CIEP. Lo que nunca supiste Flaco – siempre me avergonzó confesártelo – es que has sido un modelo para mí, no solo como académico sino como una persona ética y comprometida. Gracias a ti conseguí mi primer empleo formal y después de muchos años, en momentos fugaces de encuentros y desencuentros, de alegrías y penas, juntos lloramos a los amigos comunes que se han ido primero. El cáncer nos volvió a juntar fugazmente, lo Real existe y se hace presente. No estuve cerca de ti al final, no hay palabras para justificar, la vida cotidiana, la desidia, qué se yo. Mira Flaco, no importa, lo importante es la impronta que has dejado en mí y en muchos que como yo no solo te reconocimos como académico, sino como persona y como amigo.

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